Junto al embalse del Ebro y en primera línea, se encuentra esta casona montañesa de piedra totalmente restaurada. Tiene una superficie de 430 m2, distribuida en tres salones, dos de ellos con chimenea, siete habitaciones, cinco baños, cocina totalmente equipada, garaje y terraza en el exterior con un bonito porche con vistas al Embalse del Ebro. La finca se encuentra totalmente cerrada con aproximadamente unos 1000 m2 de superficie verde.
Desde la casa se pueden ver las aguas cristalinas del embalse y a su derecha en el horizonte se observan las cumbres de la estación de esquí de Alto Campoo, que se encuentra a unos 25 km de la misma.
La casa estaba pensada como residencia permanente de su propietario, por tanto se ofrece a los visitantes que se alojen en ella un espacio rural y tranquilo, con todas las comodidades de una casa particular. Además el mobiliario de esta casa es muy cuidado y alabado por los huéspedes.