Son siete días los que tiene la semana, los mismos que ocupó Dios para formar la tierra. Son siete los mares del planeta. Los indús han descubierto siete chacras o puntos de energía en el cuerpo, siete maravillas del mundo, siete pecados capitales. Dante describe siete infiernos, los metafísicos hablan de siete niveles de conciencia, Blanca Nieves se acompaña por siete enanitos, el arco iris tiene siete colores, son siete las notas musicales, las botas de siete leguas, siete vidas tiene un gato y siete son las habitaciones de la Puerta del Perdón.

En cada una de ellas hay un poquito de nosotros y cada una de ellas es para nosotros un trocito de sueño hecho realidad.

Para vosotros deseamos que sean mucho más que una habitación, mucho más que cuatro paredes y unos muebles: queremos que cada una sea un espacio en el que soñar con la vista en un punto fijo del horizonte, entre viñas primorosamente alineadas junto a las que es casi posible oír el mar; un refugio en la tempestad del cielo y del alma, en el que conocerse mejor a uno mismo y a los demás; un remanso de paz en el que ver un deseo hecho realidad: el comienzo de una novela o de una vida en común; un lugar mágico en el que la Música y la Historia con mayúsculas se pueden ver y oír… y, por supuesto, un pequeño hogar en el que parar para descansar, saborear un buen vino y un mejor plato, y volver a reanudar el Camino, con la seguridad de que hay un antes y un después de vuestra parada y fonda.